Observando la experiencia

La cualidad de la experiencia es conciencia. La conciencia tiene infinitos niveles, como la cualidad de la luz, el sonido, o un sentimiento. El punto es sincronizar con la experiencia, armonizar, relajar, entregar, fluir y observar como la conciencia “crea” y no se limita a nuestro cuerpo, el cerebro físico “recibe” y la mente de la personalidad “percibe”. “El observador puede observarlo todo, osea todo el conjunto de cambios que ocurren, toda la infinita variedad de experiencias, por lo tanto el observador es el que unifica, de este modo cuando aprendes a observar todos lo cambios desde esta referencia, el hecho mismo de poder observar te comienza a integrar, por ejemplo si uno se encuentra en un estado de confusión, puede observar el estado y en el mismo instante en el que uno “observa” se coloca en el estado de integración fuera de la confusión, porque sino quien es el que observa la confusión?, como sabes que estas confuso? la naturaleza propia está más allá. Esto no quiere decir que la confusión no exista, existe en un nivel superficial, en cierto momento uno se da cuenta que toda confusión surge del apego a la identidad. Por esto la observación es la evidencia clara de que siempre en nosotros existe algo trascendente más allá de cualquier ideología. La observación te sincroniza con la realidad, contacta con la realidad, ya no hay observador ni observado, todo lo que acontece, acontece”.
Nos metemos en problemas cuando creemos que la mente física es quien maneja la realidad, no lo es. Intentar explicar esto con palabras, es como querer construir una nave espacial con un martillo. Dejemos de gastar energías en manejar nuestros destinos, no estamos creados para eso, ahora podemos dejar de pensar, todos podemos dejar de creer que tenemos el control, solo estamos experimentando el camino. La conciencia guía la vida y funciona perfectamente.

Cultiva la conexión con la experiencia presente.